NUTRICIÓN INFANTIL Y RENDIMIENTO ESCOLAR
Autores:
Personal
de la Coordinación de Investigación y
Planificación Intercultural IAANEM 2023
La nutrición infantil y el rendimiento de los niños en la escuela son conceptos que están estrechamente vinculados, los niños, como es natural, se encuentran en proceso de desarrollo físico y mental, por lo que necesitan una nutrición que le favorezca. En este sentido, son especialmente importantes los dos primeros años de vida del niño. Los hábitos alimentarios inciden directamente en el desempeño académico de estos; su rendimiento es mayor en la medida en que más saludables sean dichos hábitos. Cconsumir una dieta equilibrada y nutritiva mejora la concentración, la memoria y el estado de alerta de los niños, todos estos componentes son claves para un más efectivo aprendizaje; de hecho, la desnutrición infantil tiene graves consecuencias en los niños:
Reducción
de la atención.
Falta de
concentración a la hora de realizar tareas.
Consecuencias
en la conducta del niño.
Dificultades
del aprendizaje, comunicación o socialización con otros niños y logros educacionales
no acordes con lo esperado.
Enfermedades
que afectan al crecimiento.
Retraso
en el crecimiento físico y motor.
Perdida de la salud reproductiva.
En casos más graves, retraso mental irreversible, disminución del coeficiente intelectual y otros efectos realmente trágicos para las personas y la sociedad.
Definitivamente
un niño mal alimentado no rinde en sus estudios, la desnutrición le ocasiona
bajo peso y baja talla en relación con la edad, afectando además el sistema inmunológico,
aumentando su vulnerabilidad a las enfermedades infecciosas.
Por
todo lo expuesto, es indispensable la educación alimentaria escolar,
consistente en estrategias educativas y actividades de aprendizaje, que ayuden
a los escolares a mejorar su alimentación y su propia elección alimentaria,
respaldados lógicamente, por un entorno adecuado.
DECÁLOGO
DE LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Variada. Acostumbra a tu hijo cuanto antes a que coma de
todo, esta es la clave para educarle en hábitos alimentarios saludables. Es
difícil que el niño aprenda a comer bien si no le has dado la posibilidad de
tener contacto con una gran variedad de alimentos.
Sana. Escoge los productos con menos grasa, poca sal,
abundantes vegetales (verduras, frutas, legumbres y cereales integrales) y en
cantidades acordes a su apetito y a sus necesidades.
Equilibrada. Es imprescindible que conozcas el menú del colegio,
para complementarlo con el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, y
hacer así una alimentación equilibrada.
Nutritiva. Ofrécele alimentos de todos los grupos (frutas,
verduras, carnes, pescados, cereales, legumbres) para que pueda elegir los que
más le gusten; está en tus manos evitar que tu hijo consuma habitualmente
alimentos innecesarios, llenos de calorías vacías, como dulces, refrescos,
chucherías, patatas fritas de bolsa y similares.
Apetecible. Si cocinas los alimentos de diferentes maneras y
combinas los que sabes que le gustan menos a tu hijo con otros que le agradan
más y presentas los platos en la mesa de forma atractiva, tienes muchas
garantías de que la comida le resulte más apetecible.
Divertida. Hazles partícipes de la compra, la elaboración de
comidas y la preparación de la mesa, esto es una buena oportunidad para que
aprendan buenos hábitos y disfruten de la comida.
Sorprendente. Enséñales todo lo que sabes sobre los alimentos: para
qué sirven, qué funciones desarrollan en el cuerpo, cuánto necesita el cuerpo
de cada alimento.
Ordenada. Disfrutad en familia del momento de la comida o de la
cena, en un ambiente relajado y tranquilo, siguiendo un orden a la hora de
comer, primer plato, segundo plato y postre.
Consistente. Asegúrate de que el niño hace al menos tres
comidas consistentes al día: desayuno, almuerzo y cena. Y si pasan más de 4
horas entre una y otra, anímale a que tome una merienda.
Educativa. Es esencial que la educación en hábitos alimentarios
saludables se lleve a cabo tanto en casa como en la escuela. La educación exige
de la familia paciencia, dedicación, constancia, disciplina, no hacer concesiones
inaceptables y también cierto respeto por el apetito del niño, siempre que su
ritmo de crecimiento y desarrollo se encuentre dentro de la normalidad.
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