NUTRICIÓN Y ENVEJECIMIENTO.

 NUTRICIÓN Y ENVEJECIMIENTO.



Autores: Personal de la  Coordinación de Investigación y Planificación Intercultural IAANEM 2023

 Son varios los procesos patológicos típicos del anciano, que en ocasiones van acompañados de trastornos nutricionales importantes; en algunos de ellos, hay posibilidad de revertir la situación, mediante la dieta, cambios en el estilo de vida y  uso adecuado de la medicación.

La población anciana aumenta vertiginosamente, cada vez es mayor el número de ancianos que requieren atención personalizada para mantener un estado nutricional y de salud adecuados.

Muchas de las enfermedades que aparecen en la vejez son resultado de trastornos ocurridos a lo largo de la vida, en los que la nutrición podría haber desempeñado un papel protector; la forma de envejecer se ve influenciada por la alimentación, y el envejecimiento en sí mismo, puede influir también en la manera de alimentarse.    Es común la debilidad y la apatía en esta etapa de la vida, lo que puede generar un círculo vicioso que favorece el desarrollo de una condición determinada.

Un estado de nutrición adecuado contribuye positivamente al mantenimiento de la función cardiovascular y musculoesquelética, así como a un buen estado de salud y a una buena calidad de vida. El déficit nutricional contribuye a aumentar la morbimortalidad asociada a numerosas enfermedades crónicas y empeora el pronóstico de las enfermedades agudas, por lo que es importante identificar a los pacientes con riesgo de malnutrición y establecer medidas preventivas.

Hay un nutriente que desempeña un papel importantisimo en el desarrollo de enfermedades en el correr de loa años y no es otro que la fibra dietética. La ingesta de esta tiene relación directa con toda una serie de enfermedades geriátricas, la obesidad, el estreñimiento, el cáncer de colon, la patología hemorroidal, la diverticulosis, el síndrome del intestino irritable o la hipoclorhidria pueden empeorar al restringirse el aporte de fibra. El aporte mínimo de fibra diario para la población adulta debe situarse por encima de los 20 g/día. Para la población anciana este valor debe respetarse y a veces incluso aumentarse en presencia de determinadas enfermedades.

Es de gran  importancia el consumo de frutas y verduras para garantizar un óptimo aporte de fibra (dos o más veces al día).

En lo referente al deterioro cognitivo no ha sido firmemente establecido el papel de la dieta, sin embargo hay algunos estudios que hablan del posible papel preventivo que podrían tener oligoelementos como el cinc o el selenio, y provitaminas como el betacaroteno, la vitamina A, E o C.

 ORIENTACIÓN EN CASOS DE MALNUTRICIÓN

Es indispensable la visita al médico y al nutricionista para que reduzcan algunos de los factores que provocan la malnutrición. A veces el odontólogo también debe ayudar a facilitar la función de la masticación, que puede estar muy deteriorada con la edad. Otras veces habrá que contactar con la familia del enfermo o los servicios sociales con la finalidad de facilitar al paciente medios para comprar, cocinar o solventar su dependencia.

 ORIENTACIÓN DIETÉTICA

Dado que la nutrición es parte esencial de la terapia en caso de desnutrición, la pauta dietética en estos casos estará dirigida al aumento del consumo de alimentos de alto valor energético y de alimentos proteicos para mantener o recuperar la masa magra. Deben evitarse los productos descremados, light o bajos en calorías, y aquellos alimentos que sacian y aportan escaso valor nutritivo (ensaladas, caldos desgrasados o infusiones, entre otros). La distribución de los alimentos en varias tomas, reduciendo así el volumen de cada toma, también es una estrategia que hace más fácil el consumo de alimentos a lo largo de todo el día.

El objetivo de la terapia nutricional es diseñar un menú hipercalórico e hiperproteico para acelerar la recuperación. Dado que la falta de apetito suele ser un síntoma frecuente en las personas desnutridas, hay que plantear platos y aperitivos concentrados en calorías y que no exijan mucho esfuerzo de masticación, deglución y digestión, algunas sugerencias son:

· Añadir a sopas, consomés, cremas y purés, queso rallado, leche entera y/o en polvo, nata o crema de leche, legumbres, arroz, carne picada, embutidos troceados, huevo batido y huevo duro troceado.

· Mezclar los platos de verduras y las ensaladas con queso, huevo duro, mayonesa, atún, frutos secos, pasas, aceitunas, aguacate. Por ejemplo: pastel de espinacas con piñones o de zanahorias y gambas.

·  Saltear las verduras y emplear sofritos, bechamel, salsa rosa, tártara.

· Las legumbres frías combinan muy bien con ensaladas de todo tipo y algunas verduras. Elaborar platos únicos completos en caso de inapetencia, por ejemplo lentejas con pequeñas albóndigas de carne, puré con pollo o pescado.

· Enriquecer las bebidas o elaborar batidos concentrados: o con helado y frutos secos, leche con cacao y yema de huevo, yogur y queso fresco batido.

· Cuidar la presentación de los platos para favorecer que resulten apetecibles y con una buena apariencia gastronómica.

 ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES EN PERSONAS DE EDAD AVANZADA Y FACTORES NUTRICIONALES RELACIONADOS.

Malnutrición: calorías, proteínas, vitaminas y minerales

Obesidad: calorías

Diarrea y estreñimiento: vitaminas, minerales y fibra

Hipertensión: minerales

Diabetes mellitus: carbohidratos

Ateroesclerosis: grasas, colesterol

Anemia: vitaminas y minerales

Osteoporosis: minerales, vitaminas, proteínas

Cirrosis y alteraciones renales. etanol, minerales y vitaminas

 

 

 


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