GRASAS TRANS
Autores:
Personal
de la Coordinación de Investigación y
Planificación Intercultural IAANEM 2023
Las grasas trans son un tipo de grasas alimentarias; son ácidos grasos insaturados que se forman en su mayoría, de forma industrial al convertir aceite líquido a temperatura ambiente, en grasa sólida a la misma temperatura, a través de un proceso de hidrogenación, que no es más que la adición de hidrogeno a altas presiones y temperaturas en presencia de un catalizador. Las grasas trans, también se conocen como ácidos grasos trans, aceites parcialmente hidrogenados y grasas trans-colesterol.
Este tipo de grasas se produce también de forma natural en la cámara de fermentación o rumen de animales poligástricos rumiantes como vacas, ovejas y cabras; se absorben en el sistema gástrico y pasan a los músculos y a la leche producida por estos rumiantes, por eso se encuentran en pequeñas cantidades en carne, leche y derivados.
Las grasas trans se absorben y metabolizan
de forma parecida a los ácidos grasos insaturados, aunque se diferencian de
estos en que el organismo humano no es capaz de sintetizar las grasas trans.
El organismo humano no necesita grasas trans, deben evitarse o consumirse en la menor cantidad que sea posible; son las peores para la salud, aumentan el colesterol malo y reducen el bueno, en consecuencia obstruyen las arterias y aumentan el riesgo de cardiopatía coronaria y muerte por esta causa, aumento de peso y riesgo de diabetes.
Las grasas trans se encuentran en muchos alimentos
procesados y empaquetados. Cabe destacar que estos alimentos a menudo son bajos
en nutrientes y tienen calorías adicionales por la grasa y el azúcar, entre
ellos:
Galletas, tartas, pasteles, bizcochos, pan dulce, galletas saladas
Manteca y margarina en barra
Masa refrigerada
Palomitas para microondas
Pizza congelada
Frituras, incluidas las papas fritas, las donas y
el pollo frito
Crema de leche para café sin lácteos
A pesar de todos los efectos negativos de las grasas trans, la industria
sigue empleándolas porque aumenta el plazo de consumo y estabiliza el sabor de
los alimentos; se mejora así el manejo de los productos precocinados.
La única manera de conocer si un alimento contiene este tipo de grasas
es consultar
la información nutricional en el etiquetado.
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