HAMBRE
EMOCIONAL Y COMO SUPERARLA
¿Qué son las emociones?
Son respuestas de la mente y el cuerpo de los individuos a estímulos
vivenciales o del entorno, que influencian a las personas; no son buenas ni
malas, simplemente informan sobre sucesos; el miedo por ejemplo, nos hace protegernos,
o la alegría, nos invita a compartirla.
El hambre emocional conlleva un tipo de alimentación desordenada que tiene un trasfondo psicológico; no es un trastorno. Los que sufren el problema buscan en la comida una forma de encontrar sensaciones agradables que en principio se encuentran sobre todo en alimentos calóricos y grasos, en poco tiempo, el bienestar causado por la comida puede convertirse en un sentimiento de culpa.
En estos casos la
comida suele utilizarse para hacerle frente a sentimientos negativos como la tristeza, la frustración, la angustia, el
aburrimiento y la ansiedad, factores que pueden ser desencadenantes para que la persona coma más,
incluso sin la necesidad fisiológica de hacerlo.
Por otra parte,
hay alimentos que contienen algunos compuestos que activan determinados
circuitos neuronales que producen sensación de bienestar, como ejemplo, el
chocolate.
Pudiéramos decir,
que el hambre emocional es algo habitual y no tendría por qué resultar negativo
para las personas; el problema se genera cuando la comida cobra función
principal en la gestión de las emociones, llevando a las personas que las
experimentan a padecer una verdadera ansiedad patológica por comer.
El hambre emocional sigue siendo un gran enemigo del
adelgazamiento, porque comer impulsivamente termina convirtiéndose en un mal
hábito. Este comer sin
necesidad, puede, con el tiempo, hacer que la persona tenga sobrepeso y pudiese desarrollar incluso obesidad.
¿Cómo superar el
hambre emocional?
· Buscar poyo
· Cuando el hambre
emocional se ha vuelto “patológica” y conlleva conductas disfuncionales
como la ansiedad por comer o el comer compulsivamente, es el momento de
plantearse cómo podemos poner remedio a la
situación; parte de la
solución es aprender a manejar esos estados emocionales, que como ya se dijo,
pueden conllevar a complicaciones de la salud física; buscar apoyo profesional es buena idea.
· Es vital entender que la comida no es el foco del
problema, sino que la usamos para taparlo.
· Estar muy atento a las sensaciones
corporales para diferenciar el hambre física del hambre emocional;
en este sentido concientizar la alimentación.
· Beber agua antes de comer y hacerlo tranquilo y sentado, despacio y disfrutando de la comida, manteniendo a la vista alimentos saludables. Usar platos pequeños.
A continuaciones algunas de las características que pueden ayudarnos a diferenciar cuando se trata de hambre física y hambre emocional:
Hambre física
· Se activa gradualmente por una necesidad fisiológica
del organismo para cubrir las necesidades energéticas.
· Se siente la sensación de saciedad una vez ingerida una cantidad de comida suficiente para nuestro organismo, la sensación se experimenta en el estómago.
Hambre emocional
· Se activa por un estímulo interno o externo que
produce determinada emoción en la persona.
· Puede aparecer repentinamente, incluso después de sentirnos
saciados por una ingesta previa suficiente; cuesta distinguir las sensación de
saciedad una vez ingeridos los alimentos.
Referencias
https://www.infosalus.com/nutricion/noticia-pasos-superar-hambre-emocional-20180818084241.html
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