NUTRICION Y FERTILIDAD

 

NUTRICIÓN Y FERTILIDAD


Autores: Personal de la  Coordinación de Investigación y Planificación Intercultural IAANEM 2023.

La fertilidad se define como la capacidad de reproducirse o procrear; contrariamente la infertilidad es la incapacidad de una pareja de conseguir o completar un embarazo de forma espontánea, tras un periodo de un año manteniendo relaciones sexuales sin medidas anticonceptivas.

En las últimas décadas, se ha observado un incremento en la prevalencia de la infertilidad en la población; los factores presentes son diversos: edad avanzada, alteraciones estructurales en el aparato reproductor, baja calidad del semen, hipotiroidismo, contaminación ambiental,  estilo de vida, bajo peso, sobrepeso y obesidad, en otras palabras, la situación nutricional juega un papel clave, por lo que, en cualquier tratamiento para alteraciones de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres, debe contemplarse el abordaje nutricional; inclusive, cuando se buscan opciones, como la reproducción asistida, la posibilidad de un embarazo disminuye en la medida en que sea mayor el índice de masa corporal (IMS).

Macronutrientes y fertilidad.

● En cuanto a las proteínas, disminuir las de origen animal e incrementar el consumo de las de origen vegetal en la dieta, favorecen la ovulación.

● Es  destacable que la ingesta en exceso de grasas saturadas y ácidos grasos trans, tendrían un efecto perjudicial en la fertilidad, ya que influyen negativamente en la cantidad de espermatozoides en los hombres, y en las mujeres aumenta la resistencia a la insulina, lo que influye negativamente en la ovulación, mientras que las grasas monoinsaturadas y ácidos grasos omega-3, tendrían efectos beneficiosos para ambos.

● Múltiples estudios indican que tanto el tipo como la cantidad de carbohidratos pudieran condicionar la fertilidad en hombres y mujeres. Si el aporte glucémico es bajo, mejora la sensibilidad a la insulina, lo que se traduce en una mejoría de la fertilidad relacionada con la ovulación; en hombres mejora la calidad del semen, más aun si son carbohidratos complejos.

Vitaminas y fertilidad.

Un consumo adecuado de vitaminas es fundamental para la fertilidad:

La Vit. A favorece la síntesis de hormonas sexuales, participa en la espermatogénesis y facilita la implantación del ovulo fecundado.

La Vit. D, en la mujer, favorece la reserva ovárica, en el hombre mantiene las concentraciones de testosterona.

Las Vit. E contrarresta los efectos del estrés oxidativo sobre óvulos y espermatozoides; al igual que la A favorece la implantación del ovulo fecundado.

La Vit. K en el caso de los hombres contribuye a preservar la fertilidad.

Las Vit. C contrarresta los efectos del estrés oxidativo sobre óvulos y espermatozoides.

El ácido fólico o Vit. B 9 es esencial en la síntesis de ADN y ARN, por tanto favorece la reproducción.

La Vit. B12 en necesaria en el desarrollo y funcionamiento de la placenta, cuando es usada como suplemento mejora la calidad de los espermatozoides.

Es importante saber, que dosis excesivamente elevadas de vitaminas, pueden disminuir los niveles de fertilidad.

Minerales y fertilidad.

El aporte justo de algunos minerales puede ayudar a mejorar la fertilidad:

El Calcio juega papel importante en la génesis de los espermatozoides y en su motilidad.

El hierro favorece la ovulación e interviene en la implantación del ovulo fecundado.

El zinc protege del daño oxidativo al ovulo y al espermatozoide, además favorece en estos últimos su maduración cantidad y movilidad.

El selenio es un nutriente esencial para la reproducción, el desarrollo y la función de la placenta. Ayuda a reducir el daño oxidativo de los espermatozoides y de los óvulos y participa en la síntesis de testosterona, por tanto, en la espermatogénesis.

El yodo es esencial en el mantenimiento de la fertilidad y es necesario para el desarrollo y la función placentaria.

Dosis excesivamente elevadas de minerales, pueden disminuir los niveles de fertilidad.

Consideraciones finales:

Las parejas que sufren de infertilidad, pueden aumentar las probabilidades de concebir, si mejoran su estado nutricional; la sola normalización del peso corporal, contribuye a restaurar el equilibrio hormonal, favoreciendo en la mujer  la ovulación y en el hombre la cantidad y calidad del semen.

 

 


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