Microbiota intestinal y obesidad.
Autores:
· Gina
Semprum Licenciada en Nutrición y Dietética, Coordinadora de Investigación,
Planificación y Participación Intercultural (I.A.A.N.E.M).
Los microbios que residen dentro y sobre el cuerpo humano constituyen nuestra microbiota, y sus genes son conocidos como microbioma. En la génesis del incremento espectacular de la prevalencia de obesidad y diabetes de las últimas décadas se están involucrando otros factores además del descenso de la actividad física y el incremento en la ingesta calórica, la microbiota es uno de esos factores que en los últimos años está siendo objeto de estudio. Ya que contribuye a la digestión de numerosos alimentos que no serían digeridos si no estuviera presente. Se ha relacionado algunos filos bacterianos con un mayor aprovechamiento energético de la alimentación, además la composición de la microbiota de los sujetos obesos es diferente a controles delgados. Y cambios en ella son capaces de cambiar el grado de resistencia a la insulina y los mecanismos propuestos son el incremento de la endotoxemia, cambios en la secreción de incretinas y la producción de butirato.
Hemos empezado recientemente a dar importancia a que el cuerpo humano es el hogar no sólo de células humanas sino que albergamos, al menos, 100 billones de células microbianas y mil billones de virus dentro y sobre nosotros. Los microbios que residen dentro y sobre el cuerpo humano constituyen nuestra microbiota, y sus genes son conocidos como microbioma. Los componentes de la microbiota (bacterias, virus y eucariotas) han mostrado que interactúan entre ellos y con el huésped. Desempeña un papel muy importante en la salud y la enfermedad en humanos; de hecho, a veces se han referido a ella como “el órgano olvidado”.
El mayor número de bacterias en el tracto gastrointestinal humano reside en el intestino grueso. Los factores que facilitan el desarrollo bacteriano son la elevación del pH próximo a la neutralidad, la disminución de la concentración de sales biliares y de restos de secreción pancreática. Además, en el colon el tiempo de tránsito es lento lo que brinda a los microorganismos la oportunidad de proliferar fermentando los sustratos disponibles derivados de la dieta o de las secreciones endógenas.
La evidencia existente apunta hacia un cambio importante de la microbiota intestinal en las últimas décadas, aumentando la presencia de determinadas especies con descenso de otras, aunque el hallazgo más sorprendente es la pérdida de diversidad microbiana observada en los países desarrollados.
Pérdida de la diversidad microbiana en el intestino en los pacientes con obesidad.
En estas décadas también estamos observando un
incremento espectacular de la prevalencia de enfermedades metabólicas y el
vertiginoso incremento de la obesidad está a la cabeza.
Hasta ahora los factores ambientales como el
incremento de la ingesta calórica y el descenso de la actividad física habían
sido considerados las causas de este espectacular aumento de prevalencia de
obesidad y enfermedades metabólicas. Pero parecen haber otros factores que
también influyen. De hecho, la obesidad
es una enfermedad realmente compleja.
Numerosos trabajos publicados sugieren que la
microbiota intestinal, y más concretamente sus variaciones en la composición y
diversidad, pueden, también, desempeñar un papel importante en el desarrollo de
estos trastornos metabólicos, especialmente diabetes y obesidad.
Esta hipótesis es debida a que se ha constatado que
los pacientes obesos presentan cambios en la composición de la microbiota.
Estos cambios consisten en una mayor proporción de bacterias gram-negativas,
pertenecientes al grupo Bacteroidetes. Y, además, en una menor proporción de
Firmicutes (gram-positivos). Es decir, un desequilibrio de la relación
Firmicutes/Bacteroidetes (menor ratio Firmicutes/bacteriodetes). Este mismo
cambio se ha comprobado en pacientes con Diabetes tipo 2.
Las bacterias gram-negativas tienen en su membrana
celular, lipopolisacáridos (LPS) que favorecen la aparición de inflamación. El
aumento de lipopolisacáridos contribuye a resistencia a la insulina y favorece
el desarrollo de la diabetes.
Así, la microbiota intestinal está siendo cada vez
más reconocida como una pieza clave que conecta genes, medio ambiente, y el
sistema inmunológico; viéndose implicada en la regulación de la función
metabólica, desarrollo de inflamación de bajo grado y regulación del balance
energético. Por lo que se cree que pueda ser un factor de tratamiento para
estos pacientes.
El intestino humano alberga diversos microbios que
desempeñan un papel fundamental en el bienestar de su huésped. La microbiota
del intestino está implicada en una variedad de funciones metabólicas como la
fermentación y absorción de carbohidratos No digeribles y la absorción de
electrolitos y minerales, pero también a nivel del proceso digestivo influye en
la motilidad digestiva y en la síntesis de algunos micronutrientes. Otro
aspecto importante es que la microbiota intestinal interactúa con el sistema
inmunitario, proporcionando señales para promover la maduración de las células
inmunitarias y el desarrollo normal de las funciones inmunitarias y también
contribuye de forma importante a la destrucción de toxinas y carcinógenos y
evita que nuestro intestino se colonice por bacterias patógenas.
REFERENCIAS
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